Matrimonio Arnolfini

Jan Van Eyck

Ficha técnica

FECHA

1434

TÉCNICA

Óleo sobre lienzo

MOVIMIENTO

Flamenco

Obra maestra del pintor flamenco Van Eyck, con un ajetreado historial de viajes, robos y saqueos (ahora reposa en el museo del saqueo de Londres) y que además cuenta con miles de interpretaciones sobre su simbología, por lo que la convierte en una de las piezas más enigmáticas de la historia del arte.

Su técnica perfecta, el detallismo escalofriante (amplíen ustedes la imagen y alucinen) y esa solemnidad de los personajes contribuyen todavía más a convertirlo en un icono.

Según Panofsky (investigador, trilero y gurú de muchos historiadores), la obra es un acta que testifica un matrimonio celebrado casi en secreto (en una habitación en vez de una iglesia), pero otros historiadores teorizaron sobre todo tipo de interpretaciones, a cual más descabellada, como que es un autorretrato del propio artista, que el tío que parece Putin está leyendo la palma de la mano de la mujer, que es un ángel anunciando a la Virgen, o que en realidad lo que está confirmando que el hijo de la mujer encinta es suyo, e incluso del propio Van Eyck (la firma dice: «Van Eyck estuvo aquí»). Y hay quien dice que ni siquiera está embarazada, que la tipa era virgen y que en realidad los vestidos de esa época eran así.

Según teorías más recientes y «científicas», los retratados son Giovanni di Arrigo Arnolfini y Giovanna Cenami, aunque sabemos que ésta jamás tuvo hijos, y que su marido fue acusado públicamente de adulterio. Y además, se descubrió recientemente un documento oficial del matrimonio de Giovanni Arnolfini datado en 1447: trece años después de que fuese pintado el cuadro y seis años después de que muriese Jan van Eyck.

Lo que está claro es que hay muchísimas referencias al matrimonio y a la maternidad:

La imagen de Santa Margarita de Antioquia con su dragón (patrona de embarazadas), el perro (fidelidad), la cama, los protagonistas descalzos insinuando suelo sagrado (y confirmando que ya entonces los holandeses calzaban sandalias con calcetines), la lámpara con sólo una vela, que simboliza la llama del amor (era costumbre flamenca encender una vela el primer día de la boda), naranjas por ahí tiradas (fertilidad), el espejo con testigos de la unión…